Lena

Lena

«Dos días sin comer, sin apenas beber. Unas cuantas gotas caídas del cielo solo sirvieron para agudizar la agonía. Huele muy mal, huelo muy mal, esto debe ser lo que llaman hedor. Los movimientos del tren se me clavan en las costillas, me pellizcan las rodillas. Necesito más aire, apenas puedo respirar. Soy bajita para mi edad. En mi casa esto era motivo de burlas, pero aquí me esta costando la vida….»