Carta a Terry Pratchett

Carta a Terry Pratchett

Querido Terry Pratchett:

Sé que llego tarde. Cuando quise hablarte, ya te habías marchado y no pude darte las gracias por cambiar mi vida. Me endulzaste la realidad con los colores del arco iris y la disfrazaste de fantasía para hacerme comprender que, lo que ocurre en los libros, pesa lo mismo que el émulo espejado en el que nos reflejamos. Me presentaste grandiosos personajes, imitaciones perpetuas con las que reírme y disfrutar, sin obligarme ha hacerlo de las caricaturas vacías que nos acompañan en los ascensores. Me diste la oportunidad de recuperar la alegría que creí perdida y dejé huérfana en los grises días que siguieron a los añicos desajustados de mi corazón roto. Me acompañaste como un buen amigo tras los múltiples desencantos escondidos en las tapas de algunos libros orgullosos. Me acogiste en tu regazo y me enseñaste el borde del mundo, allí donde barritan los elefantes que nos sostienen en equilibrio a todos. Hiciste renacer mi alma de niño, al hacerme sentir el único confidente de secretos maravillosos, con los que descansar cada noche abrazado a la almohada. Me ofreciste la oportunidad de visitar los grandes espacios que desbordaron tu mente y entender que, el humor, es la mejor garantía frente a la inmundicia que encontramos cuando alejamos los ojos de las líneas formadas de tinta. Me legaste la experiencia luminosa con la que pintabas cada día y que teñía de optimismo los más oscuros y cobardes de mis pensamientos. Me permitiste ser participe de una visión única, que me descubrió mas verdades que las que ocultan las falsas sonrisas de la hipocresía …, en fin, me contaste que todos podemos ser felices si nos conceden un río que atravesar sin necesidad de un barco.

Te quise decir todo esto y no pude, por eso te fui a buscar a la capital de tu reino mas querido y confié la entrega de esta carta a un hombre, que hablándome en mayúsculas, me ha asegurado que solo tengo que tener fe en ti, pues solo hay necesidad de un creyente en este mundo tan humano para traerte de vuelta. Así que aquí te espero: leyendo, riendo, aprendiendo y llorando.

Presentado al XXX Certamen literario Feria del libro de Fuenlabrada. Segundo Premio

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